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jueves, 5 de julio de 2007

Felicidad de religioso y poeta

Este texto esta relacionado con la lectura anterior que comenzó aquí:
http://poetaargentino.blogspot.com/2007/07/poesia-busqueda-de-la-felicidad-mi.html

En la poesía anteriormente citada estaba el tema de la búsqueda de la felicidad, en esta, la felicidad ya es hallada. Vuelco en parte mi humilde forma de pensar y mi experiencia propia en algunas ilustraciones que influyen en mi escritura. La poesía se titula Felicidad de religioso y poeta, luego de pasados años de búsqueda hallé mi felicidad, en gran parte, en lo que encierra este titulo, y en poder vivir lo que soy: un religioso que ama a Dios y un poeta que ama su poesía, con un toque del filosofo que de cierta forma somos muchos... pero esta es una parte aun no concretada en mi: "descalzo una playa sintiendo la arena, / respirando profundo puro aire, /a su alrededor mira, contempla, / sin preocupaciones que lo agobien". Algún día, pienso mudarme si Dios me ayuda un poco, cerca del mar... y creo ahí, si sigue todo bien me sentiré completo, si puedo como estar como dice este poema, quizás muchos no me comprendan, es que es obvio ya que no son yo.
En este punto comentado, comienza esta poesía: en el sueño aun no alcanzado para culminar la felicidad, que puede o no ser la tuya, ya que cada uno de cierta forma posee su forma de ser feliz. Sobre las preocupaciones podría añadir una frase que leí hoy dicha por el escritor español Antonio Gala :"La felicidad es darse cuenta que nada es demasiado importante..".
Mas allá de este punto mencionado, creo que uno encuentra gran porción de la felicidad cuando en su vida es la persona que desea ser y cuando su trabajo es hacer justamente lo que le gusta. Obviamente, dejando de lado fatalidades, que pese a ellas creo es posible aun encontrar la felicidad, pero ese ya es otro tema. Habiendo hallado lo que deseo ser, lo que me hace feliz ser, y que no es dañino a mi prójimo, lo soy, y soy feliz al estar mi entorno bien y poder vivir "mi razón de ser" de religioso ser religioso y de poeta, poeta...

Felicidad de religioso y poeta ( De poesias de la vida libro II, por Javier R. Cinacchi)

Un filosofo con simples ropas recorre,
descalzo una playa sintiendo la arena,
respirando profundo puro aire,
a su alrededor mira, contempla,
sin preocupaciones que lo agobien,
teniendo, consciencia de la hermosura,
que a su derredor se le impone,
disfrutando hallada felicidad.

Un religioso con simple iglesia,
ve transformarse vidas,
eleva sus manos y adora,
con pación contempla,
como a amado Dios buscan.
Un niño alejado de las drogas,
con ojos cerrados da gracias,
al Señor; junto con su familia,
agradecido ora el pastor,
porque ha hallado felicidad.

Un enamorado a besado,
por millonésima ves a su amada,
la admira en silencio,
es su vida, la besa, la ama,
quiere perdure por los tiempos,
es feliz el con su amada.

Felicidad.
Algunos la han hallado,
otros sienten que algo les falta.
Un adolescente preguntar osó,
a un poeta, un filosofo, un mecánico,
un enamorado, un viajero y una escritora,
que tenían felicidad dijeron,
les preguntó ¿donde esta?.
respuestas diversas recibió.


Ahora,
yo escribo estos versos,
soy religioso y enamorado poeta,
y digo: la felicidad, he hallado.
Se quizás influyan mis palabras,
¿entonces que es lo que escribo?
Muestro la felicidad a mi pensar:
La felicidad está en lo bueno,
en descubrir lo puro que gusta,
la gracia o don que hay en uno,
en contemplar lo bella,
que la vida es en lo cotidiano
está en lo que es verdadero,
en usar los talentos adquiridos
en sentir pleno el pecho.

Igual creo,
es tan grande la felicidad,
que muchas veces no la vemos,
seguro solo conozco porción de ella,
no quiero decir aquí o allí esta,
no es algo que este aquí o allá,
alguien la ve en cosas pequeñas,
otro la ve en las inmensas.

Soy feliz,
aunque a veces me lamento.
Por mas que felicidad tenga,
completa no es, mientras
todos no la posean.
Entonces navego en mi poesía,
y oro por ti o por mi, si está la pena,
¡soy religioso y soy poeta¡
esa extraña, es la dicha mía,
mi felicidad bella.

No se que seria
del religioso poeta,
si a Dios no tendría
o sus palabras no riman.
creo solo poseería,
la melancolía.
Autor: Javier R. Cinacchi;

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