En frío en los hogares de los pobres
El frío se ha pegado al viento, que por cada hendidura
al humilde hogar penetra, trayendo afiladas espinas.
No se ven pero se sienten, en la piel se clavan.
Temblorosa se vuelve hasta el alma, si el calor falta.
¿Que prenda la calefacción? ¿No sabes lo que cuesta?
Unos ratitos... tal vez. Unas horas... ¡ya no!
El dinero a todos no nos alcanza de igual forma,
por ello muchos pobres repiten: "¡Tengo frío...!"
Sí, hay cosas mas importantes... el hambre... la salud...
incluso aquello que se dice: está en el corazón.
A lo cual se apela, de mil formas distintas,
en el intento de lograr algo mejor, incluso en multitud.
Pero pareciera que el invierno, a los pobres acompaña,
aunque el frío no es solo de ellos, pero mas lo sienten.
En este poema también existe la tibieza, aunque sea:
un té en la cama con gastadas mantas, o el rico mate...
¡O aquellas diminutas, casitas de la vida!
Desde los tiernos roses del amor,
hasta una caliente comida que humea,
¡Pero bueno sería, no tener que ahorrar en calefacción!
Javier R. Cinacchi
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